Crustáceo y no molusco, es para mucha gente el rey de los mariscos. Viven fijos a las rocas en colonias, los más ricos son los de aguas muy batidas del tamaño del dedo gordo, los muy largos y delgados no son lo mismo, probablemente sean marroquís o canadienses.
Poner agua a calentar, añadir 50 o 60 g. de sal gorda por l. de agua, una o dos hojas de laurel, cuando rompa a hervir añades los percebes y cuando vuelva a hervir apagas el fuego deja reposar un minuto y sírvelos calientes o como mucho templados.
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